Un condurctor de una hormigonera pasó por su barrio un día de camino a entregar una carga de mezcla preparada. Al pasar delante de su casa se quedó sorprendidísimo al ver un Cadillac descapotable nuevo aparcado justo delante de su casa..
Aparcó el camión, se acercó a la ventana de la cocina sin hacer ruido y vió a su mujer hablando con un desconocido.
Pensando que su mujer le engañaba, el camionero reculó con el camión, se puso junto al Cadillac y descargó toda la carga de cemento fresco encima del coche.
El Cadillac se hundió en el pavimento convirtiendose en un montón de chatarra.
Aquella tarde el hombre volvió a casa y se encontró a su mujer histerica, mientras el Cadillac nuevo era arrastrado por una grúa.
Entre lágrimas, le explicó que aquella mañana el concesionario le había hecho entrega del coche nuevo que le iba a regalar a él por su cumpleaños. Llevaba años arañando dinero y ahorrando para comprarle a su marido el coche de sus sueños.
sábado, 16 de julio de 2011
Se me sale el cerebro
Era un día muy caluroso, una mujer iba al supermercado a comprar y, al aparcar, vio que en el coche de al lado una señora se inclinaba sobre el volante, rígida y con una mano en la parte de atrás de la cabeza. Esto la inquietó, pero aún así decidió irse a hacer la compra. Al volver al coche resultó que la otra mujer seguía en la misma posición: con la mano en la nuca e inclinada sobre el volante.
Entonces la primera mujer golpeó don los nudillos en el cristal de la ventanilla y le preguntó a la otra si necesitaba ayuda y si se encontraba bien.
-Por favor, llame a urgencias.- Dijo la mujer sin aliento.- ¡Me han disparado y noto cómo se me está saliendo el cerebro!
La primera mujer vió una sustancia gris y viscosaque le salía por entre los dedos de la otra mujer, de modo que salió corriendo al supermercado, llamó para pedir una ambulancia y lo comunicó al director del comercio.
Cuando llegaron los médicos de urgencias, separaron con mucho cuidado los dedos de la nuca de la mujer, examinaron la herida e inspeccionaron el resto del coche.
Estallaron en risas y les explicaron que un bote de pasta precocinada para galletas que estaba sobre las demás cosas que había comprado, había explotado por el calor. La tapa de metal había golpeado a la mujer en la cabeza y la primera galleta había salido disparada pegandosele a la nuca.
Después de comprobar el ticket de compra se dieron cuenta de que la mujer había pasado hora y media en el coche sin que nadie la ayudara.
Le dieron un bote de galletas nuevo.
Entonces la primera mujer golpeó don los nudillos en el cristal de la ventanilla y le preguntó a la otra si necesitaba ayuda y si se encontraba bien.
-Por favor, llame a urgencias.- Dijo la mujer sin aliento.- ¡Me han disparado y noto cómo se me está saliendo el cerebro!
La primera mujer vió una sustancia gris y viscosaque le salía por entre los dedos de la otra mujer, de modo que salió corriendo al supermercado, llamó para pedir una ambulancia y lo comunicó al director del comercio.
Cuando llegaron los médicos de urgencias, separaron con mucho cuidado los dedos de la nuca de la mujer, examinaron la herida e inspeccionaron el resto del coche.
Estallaron en risas y les explicaron que un bote de pasta precocinada para galletas que estaba sobre las demás cosas que había comprado, había explotado por el calor. La tapa de metal había golpeado a la mujer en la cabeza y la primera galleta había salido disparada pegandosele a la nuca.
Después de comprobar el ticket de compra se dieron cuenta de que la mujer había pasado hora y media en el coche sin que nadie la ayudara.
Le dieron un bote de galletas nuevo.
Milagro en Lourdes.
Una irlandesa católica que tenía muy mala salud se desplazó a Francia con la intención de visitar la famosa ermita de la Santísima Virgen María de Lourdes. El manantial que allí mana es conocido por su poder de realizar curaciones milagrosas.
La mujer se cansó mucho de tanto esperar en la gruta antes de que empezara la bendición de los enfermos. Y, en vista de que había una silla de ruedas vacía entre la multitud de peregrinos, se sentó un rato a descansar.
Cuando por fin se le acercó el sacerdote que estaba bendiciendo a los enfermos, la mujer se levantó de la silla.
Cuando la vieron levantarse, la gente empezó a gritar que era un milagro.
La multitud se agolpó alrededor de ella y empezó a empujar, llevada por el deseo de tocarla. En medio de aquella agitación, y entre tantos empujones y tirones, la mujer se cayó y se rompió una pierna.
De modo que volvió de Lourdes con una pierna rota.
La mujer se cansó mucho de tanto esperar en la gruta antes de que empezara la bendición de los enfermos. Y, en vista de que había una silla de ruedas vacía entre la multitud de peregrinos, se sentó un rato a descansar.
Cuando por fin se le acercó el sacerdote que estaba bendiciendo a los enfermos, la mujer se levantó de la silla.
Cuando la vieron levantarse, la gente empezó a gritar que era un milagro.
La multitud se agolpó alrededor de ella y empezó a empujar, llevada por el deseo de tocarla. En medio de aquella agitación, y entre tantos empujones y tirones, la mujer se cayó y se rompió una pierna.
De modo que volvió de Lourdes con una pierna rota.
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